La bendición del Caos

Desde hace un par de meses, me he hecho el hábito de escribir diariamente de diferentes formas como me siento.

A veces, a través de afirmaciones que me ayuden y motiven a contrarrestar el auto-sabotaje que puede crear mi mente. Otras, agradeciendo cada día por cada una de las cosas que vivo. Positivas o negativas. Resulta indistinto, porque cada una llega a mi vida con una misión: mi máximo bienestar. El reto… Descubrir el aprendizaje dentro de ellas.

Ayer, durante un ejercicio de journaling escribía sobre el caos y profundizando en mi mente, el caos fue el inició de todo. De este y varios nuevos hábitos que he ido añadiendo a mi vida. Mi deseo de cambiar en mi interior pensamientos & creencias para poder evolucionar. CRECER.

El caos me hizo cuestionar una y mil cosas. El caos ya lo había vivido antes, pero jamás como ahora. Jamás viéndolo con amor. Como una bendición.

Ayer deje ir mis letras. Las palabras venían solas a mi mente como una lluvia incesante y quiero compartirlas contigo, porque el caos, no es enemigo. Es MAESTRO.

Sí, el caos es una bendición.


«Todo cambia. Nada es estático. Yo misma cambio cada día, cada semana, cada mes. Mis pensamientos jamás son los mismos. A veces me cuestiono con mayor medida que otros días. A veces me siento pérdida. A veces hallo dirección y calma. Pero siempre, en mi interior, reconozco que estoy en un proceso de aprendizaje y que todo es para mi más grande bien.

Cada experiencia que vivo me aporta. Lo negativo ya no me decepciona, porque aprendí que también en su raíz, busca mi bien.


Hoy soy capaz de mirar mi presente, mi realidad con nuevos ojos y entender que soy la protagonista de mi vida. Que soy responsable. Yo decido. Borro y edito.

Hoy comprendo que cuando el caos me visita, en realidad es una invitación a poner orden. A descubrir qué no está fluyendo. Que no me cuadra. Que no me gusta. Y cambiar.

Hoy el cambio ya no me da miedo. Lo acepto, entiendo y abrazo.

Reconozco me ayuda a crecer, a madurar y de alguna u otra forma, siempre reconectar conmigo desde lo más profundo. Desde la raíz.

Hoy agradezco mi caos. Mis cambios.

Mis decisiones. Mi realidad.

Gracias, gracias, gracias».


A veces vivir el caos, nos puede asustar e interpretarlo cómo malo. Como algo que tiene que desaparecer en un chasquido de nuestra vida.

Compartirte esta reflexión es para decirte que en las emociones no hay buenas o malas. Son emociones y su magia radica en saber escucharlas e interpretarlas.

Recuerda que el caos, puede ser la pauta que necesitabas para cuestionarte y volver a iniciar.


Con cariño, Lolina.


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