El reto de salir de la «zona de confort» en 5 conclusiones

Para algunos la expresión «salir de la zona de confort» puede ser habitual pero para otros tantos no… ¿Qué es? ¿A que se refiere?


«Salir de la zona de confort» es salir de la rutina, de nuestro entorno habitual, romper nuestros propios paradigmas y darle una oportunidad a lo desconocido…


Salir de esa zona pueden ser de diferentes maneras como: independizarte de casa de tus padres, tomar una decisión importante como casarte, empezar a trabajar o cambiar de empleo, mudarte de ciudad, tener un hijo, irte de viaje, en fin, todo aquello que normalmente no forma parte de tu día a día.

Quizás por mi forma de ser, extremadamente curiosa, me he topado constantemente con ese momento clave en el que debes decidir si lo haces o no lo haces y lo confieso… ¡más de una vez he sentido miedo!

Pero si algo puedo compartirte de mi experiencia es lo siguiente:


1. Te conoces realmente a ti mismo.

En teoría, todos nos conocemos pero muy pocas veces destinamos minutos de nuestro tiempo a auto-analizarnos. El ritmo de la rutina y los quehaceres infinitos, nos distraen de esta tarea tan importante de crecimiento personal pero cuando sales de tu zona de confort, todo cambia. Cuando rompes con tus propias barreras, te das cuenta de lo indispensable que es conocerte, descubrir y alimentar tus fortalezas y abrazar tus debilidades.


2. Aprendes a aceptar la soledad

La soledad no solo se vive cuando uno no tiene una pareja. La soledad es tanto una sensación como un estado físico sin multitud y muchas veces sin desearlo las situaciones de la vida te harán dar soluciones a tus problemas contando únicamente contigo.


3. Reconoces el valor del dinero pero también a vivir con lo indispensable

Como dice un dicho «el dinero no lo es todo pero cómo ayuda» y en gran medida tiene razón…

Sin embargo, cuando sales de la zona de confort y eres completamente autónomo, te das cuenta que para ser feliz no necesitas de muchos lujos sino tan solo lo necesario.


4. Trabajas tu asertividad

Decir «si» o «no» y de la manera correcta a veces no es tan fácil como pareciera.

Muchas veces ante una decisión anteponemos las necesidades de los demás que las propias. Otras veces el problema no es decidir sino en cómo nos comunicamos, que de no poner atención podemos herir susceptibilidades sin desearlo.


5. Comprendes que la vida es una y su valor radica en las experiencias

Cuando decides tomar el control de tu vida, romper con la monotonía y VIVIR, aprendes que cada experiencia es única y alimenta el espíritu de la persona que eras y ahora serás. Es llegar a un momento clave de interiorización personal en el que comprendes que posponer «para mañana» tus sueños, es como vivir en piloto automático.

El presente es AHORA, ¡VÍVELO!


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